jueves, 19 de marzo de 2015

A principios de febrero recibo la llamada de un amigo quién me comenta que su hijo y unos compañeros quieren hacer una salida guiada tras la pesca del dorado. Concretamos para el 20 de febrero.
7 de la mañana arriba al puerto de San Javier el coche manejado por la abuela de uno de los menores que saldrían en la "Baquiana". Tras cargar los pertrechos, el ánimo estaba a full y los inquietos jóvenes comenzaban a colocar los señuelos. "Y que color te parece..??", "porqué esta paleta..??", "a que distancia los llevamos ..??, "está bien así..??" .. atomizaban con sus preguntas.
Y comienzan las alegrías en la lancha

La mañana transcurre rápidamente entre piques, subidas y sueltas de los preciados dorados, pese a que un fuerte viento sur azotaba el Uruguay haciendo imposible recorrer todas las canchas.
Llega el mediodía y la parada obligada para el descanso y darle un afloje al solazo que nos venía castigando duro.
Buena sombra, fuego encendido, parrilla cerca, asado y chorizos como para pasar varios días. Upsss .. "nos olvidamos del pan .."

Descansados y con el estómago lleno emprendimos la segunda etapa. Transcurría media tarde cuando la suerte del principiante se hizo presente y el "pollo" engancha una buena pieza. En su esfuerzo por arrimarlo se escuchan ruidos extraños en la lancha que causan la risa de sus amigos y el guía. Pero nadie le va a quitar el momento vivido, cuando después de arrimarlo, logra subirlo al bote para poder sacar las fotos de rigor con su dorado y luego devolverlo a su hábitat natural.
Gracias Felipe, Lucas y Juan Martín por tan buena jornada.