Domingo 8 de febrero, un domingo que va a recordar para siempre el amigo Guillermo.
A las 7 de la matina me encontré con él, su hijo Martín y su amigo "Pucki", en el puerto de San Javier para emprender una salida de pesca en "La Baquiana".
Haciendo trolling y cada uno con colores, paletas y señuelos diferentes, fuimos recorriendo las canchas que ya me tienen acostumbrado los piques del tigre de los ríos.
Fue una mañana con varios dorados, que fueron devueltos a su habitat, pero no dábamos con el grande que nos hiciera llenar de emociones encontradas, entre el que lo disfruta en la línea, y los que lo hacemos observando el desenlace. No apareció.
Mediodía en una buena sombra a la orilla del río, fuego, parrilla, choris, un par de picañas, cervezas y un cabernet sauvignon mientras nos damos un descanso del sol que pegaba fuerte.
Un par de horitas después, nuevamente a la cancha y señuelos al agua. Seguían los dorados pero no aparecía el que buscábamos.
En una de las pasadas advierto a los pescadores que pueden tocar fondo y existe la posibilidad de un atraque para que estén prevenidos y con las estrellas flojas.
Escucho el grito de Guillermo: "atraqué!!, fondo!!" y paro la lancha. Tomo el multi para intentar desatracar y siento un tirón que me lo quita de las manos. Hay algo enganchado y es grande .. y comienza la lucha sin ver un salto pero con tremendas corridas que pasaban de un lado a otro por debajo del bote y se alejaba
sin poder recoger nada. Debe ser un surubí o un dorado muy grande .. daba para todas las opiniones y se notaba la tensión en la lancha. Luego de unos 15/20 minutos de pelea a mucha estrella y caña, aparece en la superficie la cabeza de un surubí que alegra a todo el equipo. Era el récord de peso sobre la lancha y también de lo máximo que había pescado Guillermo en su vida. Todo era sonrisa, abrazos y fotos. Algo que no se olvida.Gracias Guillermo, Martín y "Pucki por la compañía y los momentos vividos en "La Baquiana".